En la hermosa y fría mañana del lunes 15 de agosto, luego de un lindo despertar, reunidos en oración y celebración de una fiesta mariana en Mornese. Alégremonos todos en el Señor y alabemos al hijo de Dios, junto con los ángeles , al celebrar hoy la Asunción al cielo de Nuestra Madre, la Virgen María. En grupo realizamos la oración del día, luego de disfrutar de un rico desayuno al estilo mornesino, continuamos nuestro itinerario formativo, releyendo la experiencia de María Dominga Mazzarello, en Valgelata, 1860.
En equipo realizamos un proceso personal y comunitario para buscar la voluntad de Dios, en el salón de la casa I Mazarelli, luego de éste discernimiento producto del texto de la Cronohistoria.
Nos trasladamos al centro de Mornese para asistir a la misa, detrás de la iglesia de San Damiano, se exponen bellos pesebres de los diferentes partes del mundo, de allí pasamos a la celebración Eucarística, en donde el párroco antes de iniciar la misa, hizo anunció de nuestra participación en la misa, permitiendo hacer la segunda lectura (I Cor 15:20::27) y el canto final en español.
De regreso a la casa compartimos el recorrido como peregrinos por todas las calles recibiendo las orientaciones; sentimos el rico aroma de la naturaleza, observamos árboles frutales de peras, manzanas, icaco, entre otros, lindas fachadas, visitantes por verano. Al llegar a casa nos esperaba un suculento almuerzo preparado por las hermanas, las cuales en ese momento se nos fueron presentadas; ellas en gesto de recibimiento entonaron una canción Italiana y nosotros le cantamos: Oh, que bonita es la ciudad de Mornese!
A las 3:00 p.m. nos reunimos para hacer la puesta en común, en donde de manera resumida consideramos que todo ser humano debía aceptar, cualquier situación difícil confiando siempre en los disignios del Señor. Cada uno trituro unos granito de trigo, (previamente entragados), al triturarlos recordabamos que “si el grano de trigo no muere no da frutos”. Sentimos esos granos como nuestra propia vida y pidemos: “Señor creador de la vida, sembrador de esperanza, allí donde campea la muerte siembra semillas de vida”.
En equipo realizamos un proceso personal y comunitario para buscar la voluntad de Dios, en el salón de la casa I Mazarelli, luego de éste discernimiento producto del texto de la Cronohistoria.
Nos trasladamos al centro de Mornese para asistir a la misa, detrás de la iglesia de San Damiano, se exponen bellos pesebres de los diferentes partes del mundo, de allí pasamos a la celebración Eucarística, en donde el párroco antes de iniciar la misa, hizo anunció de nuestra participación en la misa, permitiendo hacer la segunda lectura (I Cor 15:20::27) y el canto final en español.
De regreso a la casa compartimos el recorrido como peregrinos por todas las calles recibiendo las orientaciones; sentimos el rico aroma de la naturaleza, observamos árboles frutales de peras, manzanas, icaco, entre otros, lindas fachadas, visitantes por verano. Al llegar a casa nos esperaba un suculento almuerzo preparado por las hermanas, las cuales en ese momento se nos fueron presentadas; ellas en gesto de recibimiento entonaron una canción Italiana y nosotros le cantamos: Oh, que bonita es la ciudad de Mornese!
A las 3:00 p.m. nos reunimos para hacer la puesta en común, en donde de manera resumida consideramos que todo ser humano debía aceptar, cualquier situación difícil confiando siempre en los disignios del Señor. Cada uno trituro unos granito de trigo, (previamente entragados), al triturarlos recordabamos que “si el grano de trigo no muere no da frutos”. Sentimos esos granos como nuestra propia vida y pidemos: “Señor creador de la vida, sembrador de esperanza, allí donde campea la muerte siembra semillas de vida”.
Después de esta linda y emotiva reflexión nos dirijimos al recorrido y visita por las casas significativas del pueblo. Al llegar a Via Valgelato (1.860), tercera casa ocupada por la familia Mazzarelli, emprendimos una oración itinerante. “Los que están abierto a lo nuevo, saben ver entre los signos de muerte y los signos de vida, la luz del horizonte de la esperanza que los llama”. En Borgoalto Maín escuchó la voz del Señor que le encomendaba una nueva misión: “le pareció ver alo lejos un edificio con toda la apariencia exterior de un colegio con numerosas niñas. Se detuvo a contemplarlo llena de estupor, y dijo para si: Qué veo? Qué sucede? Y oyó una voz que le decia: <A ti te las confío”>. Seguimos con nuestra oración por casa del sastre Valentín Campi (1.861-1.862), Casa de Teresa Pampuro (1.862), Casa Maccagno-Casa Birago (1.863), Casa Bodrato (1.863) y finalizamos nuestro recorrido en el Sendero de los huertos. La jornada finalizó con una esplendida buenas noches por parte del grupo de Guiria.
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