Iniciando el día, preparamos nuestro “atadito” en donde colocamos todo lo que queríamos entregar a la Virgen en Chieri, donde peregrinamos junto a Juanito en su camino de discernimiento vocacional.
Ya en Chieri, celebramos la Eucaristía en el Duomo, en el altar de Santa María de las Gracias, a la que Juanito pidió que le ayudara a entender el proyecto de Dios sobre él. Allí nombramos a nuestras jóvenes en formación y revisamos nuestro camino vocacional. También recorrimos los lugares en donde Juanito vivió como seminarista.
Contemplamos el cuadro de María Auxiliadora, y como María Mazzarello le entregamos la llave de nuestro corazón y cada una de nuestras comunidades. Fue un momento profundo y emotivo.
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